lunes, 26 de diciembre de 2016

Mundo microscópico: Cebolla




Muy buenas a todos. Hace unos días estuve haciendo una práctica consistente en la observación al microscopio de epidermis de cebolla, una práctica muy sencilla de histología vegetal. Hoy, vamos a ver en que consiste y los resultados que obtuve.

La cebolla (allium cepa) es una planta herbácea perteneciente a la familia de las amarilidáceas. Como es bien sabido, es ampliamente cultivada por su uso alimentario.

Una observación de células de epidermis de cebolla sin teñir. Esta estaba mal hecha, pues la muestra era demasiado gruesa.

Una de las características principales de la cebolla es que producen bulbos. Los bulbos son órganos de almacenamiento de nutrientes. Estos son yemas subterráneas formadas por un tallo acompañado de numerosas hojas carnosas. Un bulbo puede desarrollar pequeñas yemas laterales que den lugar, a su vez, a otros bulbos más pequeños. Además de la cebolla, también son plantas bulbosas el ajo, el narciso, el tulipán...

El bulbo de la cebolla está formado por numerosas capas de hojas unidas procedentes del tallo. Sus células son alargadas y relativamente grandes. Además, cuando el bulbo es troceado, unas enzimas responden con la producción de sulfóxido de tiopropanal, una sustancia irritante que es la que hace que nos lloren los ojos.

Otra observación de epidermis de cebolla, de grosor adecuado, antes de teñirla.

En esta práctica observamos la epidermis de cebolla. La epidermis, en las plantas, es una capa de células que recubre las partes jóvenes de la planta. Está formada por un solo estrato de células planas que se juntan sin dejar espacios entre ellas, como veremos a continuación en las imagenes a microscopio. La pared celular de estas células están envueltas en una fina capa llamada cutícula, que posee cutina y diversas ceras, que la hacen impermeable. La función principal de la epidermis es proteger a la planta de agentes externos y permitir el intercambio de gases y agua con el exterior

Vayamos al microscopio y veamos la epidermis de cebolla.

Una muestra de epidermis de cebolla ya teñida.

Para obtener nuestra muestra de epidermis de cebolla, antes debemos cortar una rodaja de la cebolla. Con cuidado, sacaremos una fina membrana de una de las caras del trozo de cebolla. No puede ser muy gruesa, si no, cuando veamos la muestra al microscopio solo veremos un desorden de células. Una vez obtenida una membrana fina de un tamaño aceptable, sin permitir que se arrugue, la colocamos encima de un porta.

Ponemos un cubreobjetos por encima de la muestra, intentando que no queden burbujas de aire.
Una vez que la tenemos sobre el porta, le aplicamos unas gotas de colorante, en este caso, azul de metileno y dejamos actuar al tinte. Pasados unos minutos, quitamos el exceso de colorante lavando la muestra con agua, con cuidado para que el agua no arrastre nuestra muestra (puede pasar que cuando eches agua, el agua vaya con demasiada fuerza, arrastre tu muestra y te quedes sin ella, obligándote a repetir todo el procedimiento anterior de nuevo, lo sé por experiencia.)

Posteriormente, cubriremos la muestra con un cubreobjetos y procederemos con la observación al microscopio. Al principio observaremos la muestra con el objetivo de 4x, luego subiremos al de 10x y acabaremos con el de 40x (si estamos usando un microscopio óptico). En caso de que se tenga aceite de inmersión, se puede llegar a los 100x aumentos.

Observación con el objetivo de 4x aumentos

Con el objetivo de 4x seremos capaces de distinguir las células entre sí, pues las paredes celulares quedan muy remarcadas, pero no mucho más.

Observación con el objetivo de 10x aumentos

Con el objetivo de 10x, veremos las células de mayor tamaño y seremos capaces de distinguir los núcleos celulares

Observación con el objetivo de 40x aumentos

Con el objetivo de 40x, obtendremos un aumento bastante bueno que nos permitirá ver bien el núcleo. En este caso, pude también llegar a ver algunos nucleolos. Podriamos pensar que los nucleolos son orgánulos, pero en realidad no lo son, pues no poseen membranas que los delimiten. Son regiones del núcleo donde se acumulan una serie de estructuras macromoleculares encargadas de la formación de los ribosomas, necesarios para la síntesis de proteínas. Además, también tienen funciones relacionadas con la regulación del ciclo celular, la respuesta al estrés celular y el envejecimiento.

Si quisieramos llegar a ver los orgánulos celulares, necesitamos un microscopio electrónico, que posee aún más aumentos que un microscopio óptico, aunque sus imágenes se obtienen en blanco y negro.

Eso es todo por hoy. ¡Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post!

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