Seguimos hablando de epitelios sensoriales: esta vez, del auditivo, gustativo y táctil.
Epitelio auditivo
La audición consiste en la percepción de las ondas sonoras que se transmiten por el ambiente
y llegan a nuestros oídos. El oído humano es capaz de distinguir
sonidos con frecuencidas de entre 18 Hz (graves) hasta 20.000 Hz
(agudos).
Las
ondas sonoras primero viajan por el aire y llegan a nuestras orejas. Se
introducen por el conducto auditivo y hacen vibrar al tímpano, que hace
vibrar la cadena de huesecillos, que comunica con el caracol.
El caracol (o cóclea) contiene en su interior dos líquidos, la perilinfa y la endolinfa.
Estos líquidos vibran cuando llegan las vibraciones procedentes de la
cadena de huesecillos y el desplazamiento estos líquidos provoca que unas células ciliadas se deformen.
Estas células ciliadas forman el epitelio auditivo, que se encuentra en el órgano de Corti, en el interior de la cóclea. El órgano de Corti contiene aproximadamente 24.000 células ciliadas, que se encargan de convertir la energía mecánica procedente de las vibraciones de las ondas sonoras en impulsos nerviosos. Estas células ciliadas contienen esterocilios de diferentes longitudes, lo que permite distinguir entre los distintos tonos sonoros.
Estas células mandan los impulsos nerviosos al nervio auditivo, que los
llevará a la corteza auditiva del cerebro, donde serán procesados.
Las células del órgano de Corti no tienen capacidad de regeneración,
lo que provoca que una vez que se lesionan, la lesión queda
permanentemente. Además, la pérdida de capacidad auditiva con la edad es
inevitable..
También, cerca de la cóclea, en los canales semicirculares, que forman el sistema vestibular, se encuentran una serie de células ciliadas especializadas inmersas en endolinfa, capaces de detectar movimiento en las tres direcciones del espacio. Estas células son necesarias para la equilibriocepción: la sensación de equilibrio y de orientación espacial.
Epitelio gustativo
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La
lengua está formada principalmente por tejido muscular esquelético, lo
que le permite realizar una gran variedad de movimientos necesarios para
hablar, masticar y deglutir.
Sin embargo, la lengua también presenta un tejido epitelial que presenta una serie de irregularidades: las papilas gustativas. Estas son las encargadas de sentir los sabores. Las papilas pueden ser de cuatro tipos: filiformes, foliadas, fungiformes y caliciformes
De izquierda a derecha, papila filiforme, foliada, fungiforme y caliciforme. http://mmegias.webs.uvigo.es/2-organos-a/imagenes-grandes/tegumento-lengua.php |
Las filiformes son las más pequeñas y abundantes. No contienen corpúsculos gustativos, por lo que su función únicamente es formar una superficie rugosa que permite la manipulación del alimento. Las foliadas están
poco desarrolladas en el humano, pero más desarrolladas en otros
animales, como los conejos. Estas sí presentan corpúsculos gustativos, y
por tanto, sí permiten la detección de sabores. Las fungiformes tienen forma de hongo y también presentan corpúsculos gustativos. Por último, las caliciformes, las más grandes, presentan forma de cáliz y poseen numerosos corpúsculos gustativos.
Los corpúsculos gustativos están formados por tres tipos de células: unas son sensoriales o gustativas, que son sensibles a las moléculas que producen la sensación de sabor y las otras dos dan soporte y permiten la renovación de las células gustativas.
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Por
intuición, muchos pensaríamos que cada una de estas papilas se
especializa en la detección de un único sabor. Pues bien, creerlo sería erróneo. Nuestras papilas, independientemente de su tipo, son capaces de sentir todos los sabores posibles
(excepto las filiformes, que no pueden detectar sabores). Tampoco es
correcta la creencia de que cada parte de la lengua se encarga de la
detección de un solo tipo de sabor. Si bien es cierto que hay partes en
las que se detectan mejor un tipo de sabor, podemos distinguir cualquier sabor en toda la lengua. Además, aparte de los cuatro sabores clásicos (dulce, salado, amargo y ácido), también existe un quinto sabor, el umami, producido por el glutamato, y hasta un sexto sabor, el oleogustus, propio de las grasas.
Epitelio táctil
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El sentido del tacto nos permite detectar diferentes cualidades de los objetos, como la presión, temperatura, aspereza, dureza... La piel y la lengua son los principales órganos del tacto, aunque también tenemos terminaciones nerviosas internas que nos informan de cambios de temperatura en el interior del cuerpo y del dolor.
La piel se divide en epidermis, dermis e hipodermis. La epidermis está formada por un epitelio pluriestratificado plano queratinizado (presenta en el exterior una capa de células muertas queratinizadas). La dermis es más profunda y gruesa, y está formada por tejido conectivo. Sostiene a la epidermis y la nutre. La hipodermis es la capa más profunda y almacena grasa.
Epidermis de rata. http://mmegias.webs.uvigo.es/a-imagenes-grandes/epitelio_estrat_plano.php#n |
Los receptores táctiles se encuentran distribuidos principalmente entre la epidermis y la dermis. Se clasifican de la siguiente forma:
- Mecanorreceptores. Perciben los estímulos mecánicos
- Corpúsculos de Meissner. Se encuentran en la dermis. Permiten sentir el tacto suave. Están formados por terminaciones nerviosas encapsuladas por células de soporte.
- Receptores de Merkel. Se encuentran en la base de la epidermis y en las mucosas. Permiten sentir la presión y la textura. Están formados por una célula de Merkel, que contacta con una terminación nerviosa
- Corpúsculos de Pacini. Se encuentran en la dermis. Permiten sentir las vibraciones y sensaciones fuertes de presión. Están formados por terminaciones nerviosas encapsuladas y envueltas en tejido conectivo.
- Corpúsculos de Ruffini. Se encuentran en las capas profundas de la piel. Permiten la sensación del movimiento del cuerpo e identifican las deformaciones de la piel y de los tejidos profundos..Están formados por terminaciones nerviosas encapsuladas.
- Termorreceptores. Perciben cambios de temperatura.
- Corpúsculos de Krause. Son variaciones de los corpúsculos de Meissner. Permiten recibir la sensación de frío. Se encuentran en las partes profundas de la piel.
- Corpúsculos de Ruffini. Además de como mecanorreceptores, los corpúsculos de Ruffini pueden funcionar como termorreceptores, pues permiten captar la sensación de calor.
- Nociceptores. Perciben la sensación de dolor. Los nociceptores son terminaciones nerviosas libres que se encuentran distribuidas por la piel que perciben estímulos potencialmente dañinos ya sean mecánicos (golpes), químicos (sustancias irritantes) o térmicos (cambios bruscos de temperatura).
Hola! Estoy utilizando su blog para resumir el tema de epitelios sensitivos de histologia porque no encontre los temas ni en el ross, geneser o junqueira, por lo mismo queria preguntarles cuál es la bibliografía que utilizaban
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