sábado, 2 de abril de 2016

La imagen sabatina LXXIII


Muy buenas a todos. Como todos los sábados, volvemos con la imagen sabatina. Con el post de hoy, terminamos la serie sobre la infografía Deadly viruses de mphonline.org. Nuestro último virus es la rabia.


El virus de la rabia es un virus perteneciente a la familia Rhabdoviridae y al género Lyssavirus. El virión tiene forma cilíndrica, similar a una bala, de una longitud de 180 nm y un diámetro de 75 nm aproximadamente. Su genoma está compuesto por ARN.


La rabia es una zoonosis, puede ser transmitida de animales a seres humanos. Es transmitida por mordiscos o arañazos de mamíferos voladores (murciélagos) o terrestres, como perros, gatos, lobos, zorros, hurones, mapaches, mangostas... que estén infectados. También se puede contagiar por contacto directo de material infeccioso (saliva contaminada) con mucosas o heridas. Los perros son causantes de hasta el 99% de las infecciones a humanos.

Viriones del virus de la rabia

La rabia se encuentra en todos los continentes, aunque el 95% de las muertes se producen en África y Asia, produciéndose especialmente en comunidades rurales pobres. El 40% de los infectados suelen ser niños menores de 15 años.

El período de incubación de este virus es de entre 1 y 3 meses, pero puede variar entre una semana y más de un año, dependiendo de factores como la localización de la zona donde se produjo la infección o la carga vírica que entró al cuerpo. Los primeros síntomas son fiebre y dolores, hormigueo y picor en la herida donde se produjo el contagio. Otro síntoma característico es la hipersalivación, debido a que las glándulas salivales reciben altas concentraciones víricas, lo que provoca que la saliva del enfermo sea un foco de infección. El virus se va desplazando hasta llegar al sistema nervioso central, donde produce una inflamación progresiva del cerebro y de la médula espinal (encefalitis), que acaba produciendo la muerte. La enfermedad se puede manifestar de dos formas:
  • Rabia furiosa. Se produce hiperactividad, excitación, hidrofobia, aerofobia, delirios, alucinaciones, espasmos, agresividad... La muerte se produce por parada cardiorrespiratoria.
  • Rabia paralítica. Se produce en el 30% de los casos. Es menos agresiva y más lenta. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por aquellos cercanos a la herida de la infección. El paciente acaba entrando en coma y fallece.
    Estructura del virus de la rabia
No existe un diagnóstico específico para diagnosticar la infección por rabia antes de los primeros síntomas, además, para que estos se manifiesten debe de pasar un tiempo relativamente largo y son similares a los de otras enfermedades, como la gripe (fiebre, debilidad, malestar general). La rabia se puede detectar mediante análisis del líquido cefalorraquídeo, de tejidos infectados, de la saliva o de la orina. Cuando aparecen los síntomas característicos (hiperactividad, espasmos, parálisis...) ya es tarde, pues tras esa fase la enfermedad es mortal en el 99'9% de los casos.

En caso de mordedura o arañazo por un animal que se sospeche que esté infectado, hay que lavar y desinfectar la herida lo antes posible y acudir a un médico, pues se debe de administrar la vacuna antirrábica e inmunoglobulina antirrábica, si es necesario.

Como ya hemos visto, no existe ningún tratamiento para la rabia una vez que se ha producido la enfermedad. El sistema inmune tampoco puede hacer frente a la infección una vez que esta llega al cerebro, pues los virus se van desplazando entre neuronas mediante los contactos sinápticos, lo que hace que la infección se pueda extender a cualquier parte del cuerpo.

Lo principal es la prevención. La vacunación antirrábica de personas y perros es básica para evitar la enfermedad. La rabia causa decenas de miles de muertes cada año. El objetivo de la OMS es conseguir que para 2030 no haya ninguna muerte humana por rabia.

Eso es todo. ¡Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post!

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