Muy buenas a todos. Hoy vamos a hablar un tema bastante comentado recientemente: las vacunas.
Todos hemos escuchado la noticia sobre el niño español de seis años que ha sido el primer caso de difteria en España en casi treinta años. El niño no estaba vacunado porque sus padres no quisieron.
¿Por qué no vacunar? Bien, es cierto que siempre hay unos riesgos. Todo tiene un riesgo y toda sustancia que se introduce en el cuerpo tiene un riesgo: desde un medicamento hasta la propia comida, ambos pueden tener sus riesgos. Un medicamento puede tener un efecto secundario, normalmente leve, pero también una persona puede atragantarse comiendo o coger una infección por comida en mal estado.Una vacuna también tiene sus riesgos, que normalmente además de escasos suelen ser leves, pero conlleva más riesgos no vacunar que vacunar. Por ejemplo, la difteria puede causar parálisis y hasta la muerte por insuficiencia cardíaca.
¿Qué es una vacuna? Una vacuna es un preparado de antígenos que al introducirse en el organismo provoca la producción de anticuerpos como respuesta defensiva, que genera una memoria inmunitaria ante una posible infección por el microorganismo en cuestión. Un antígeno es una proteína o un polisacárido (un tipo de azúcar) que forma parte de una bacteria (cápsula, pared celular, flagelo) , virus u otro microorganismo que al ser detectado por el cuerpo causa una respuesta defensiva, pues provoca la detección del organismo extraño.
Así la respuesta defensiva consiste en la producción de glóbulos blancos (también llamados leucocitos). Por ejemplo, a un niño se le administra la vacuna contra la varicela. Los antígenos que contiene ocasionan una respuesta defensiva, la producción de glóbulos blancos para eliminar contra los antígenos de la varicela. Los antígenos han sido eliminados y los glóbulos tienen una ''memoria inmunológica'' de tal manera que en una futura infección por varicela, los leucocitos la detectarán inmediatamente y la eliminarán, como si ya la conocieran, como si supieran el ''punto débil'' de la enfermedad.
Vacuna viene de vacuno, que es de donde procede la primera vacuna. Hacia 1796, Edward Jenner desarrolló la primera vacuna de la viruela, una enfermedad mortal en aquella época. Su método consistía en introducir virus de la viruela vacuna, que era más leve que la humana, de tal manera que el paciente sufría una leve fiebre y síntomas leves pero ya era inmune frente la viruela humana, que era mucho más agresiva. Antes de Jenner, en las culturas china y en diversas sudamericanas ya se practicaba la inoculación de pus de viruela de vaca para inmunizarse.
¿Es necesario preocuparse por los ínfimos peligros de las vacunas? Es más probable enfermar de una enfermedad mortal (y que esta además pueda causar una epidemia) a que surja una complicación derivada de una vacuna. Las vacunas han salvado millones de vidas a lo largo de la historia y hay enfermedades que han desaparecido o que casi han desaparecido gracias a ellas, pero esto no significa que no haga falta vacunar: que apenas se produzcan casos no quiere decir que la enfermedad no esté al acecho en busca de su oportunidad.
Eso es todo. ¡Espero que os haya resultado interesante y nos vemos en el siguiente post!
Vacuna viene de vacuno, que es de donde procede la primera vacuna. Hacia 1796, Edward Jenner desarrolló la primera vacuna de la viruela, una enfermedad mortal en aquella época. Su método consistía en introducir virus de la viruela vacuna, que era más leve que la humana, de tal manera que el paciente sufría una leve fiebre y síntomas leves pero ya era inmune frente la viruela humana, que era mucho más agresiva. Antes de Jenner, en las culturas china y en diversas sudamericanas ya se practicaba la inoculación de pus de viruela de vaca para inmunizarse.
¿Es necesario preocuparse por los ínfimos peligros de las vacunas? Es más probable enfermar de una enfermedad mortal (y que esta además pueda causar una epidemia) a que surja una complicación derivada de una vacuna. Las vacunas han salvado millones de vidas a lo largo de la historia y hay enfermedades que han desaparecido o que casi han desaparecido gracias a ellas, pero esto no significa que no haga falta vacunar: que apenas se produzcan casos no quiere decir que la enfermedad no esté al acecho en busca de su oportunidad.
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