Muy buenas a todos. Hoy os traemos una noticia reciente relativa a la oncología: Un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha descubierto una nueva forma para luchar contra el cáncer.
Cuando se forma un cáncer, la principal característica de estas células tumorales es que se dividen infinitamente y no mueren. Una de las causas de esto son los telómeros.
Imagen que refleja el acortamiento de los telómeros. |
Los telómeros se sitúan en los extremos de los cromosomas y dan estabilidad estructural a estos. Cuando una célula se divide, los cromosomas también se multiplican para que cada célula resultante tenga su parte correspondiente de ADN, pero los telómeros no se pueden copiar del todo, de tal forma que cada vez que se dividen las células, los telómeros se van acortando. Cuando los telómeros llegan a cierto extremo, la célula envejece, deja de dividirse y muere.
Pero en las células cancerígenas esto no ocurre. En estas, la acción de la enzima telomerasa, la cual está inactiva en las células sanas, provoca la regeneración de los telómeros, permitiendo a la célula regenerarse sin límite. Ya se había inhibido la telomerasa en otros experimentos, pero los resultados no eran óptimos: los telómeros se acortaban, pero tardaban en acortarse por completo y por tanto, la célula cancerígena tardaba mucho tiempo en morir.
El equipo de María Blasco, del CNIO, decidió inhibir la shelterina TRF1 en ratones con cáncer de pulmón. Los telómeros van acompañados de seis tipos de proteínas llamadas ''shelterinas'' de las cuales la TRF1 es una de las más estudiadas. Estas proteínas son un ''escudo'' de los telómeros. Cuando una de estas proteínas desaparece, el ''escudo'' se rompe, la célula se encuentra desprotegida y entra en un proceso de senescencia celular, proceso generado ante un estrés o un daño a la célula y que es alternativo a la apoptosis, y acaba muriendo.
Este sistema nunca había sido usado hasta ahora, debido a que buscar un fármaco que alterase la unión de las proteínas con el ADN era difícil y este fármaco podría tener efectos tóxicos. Además, se creía que al inhibir la shelterina TRF1, se podrían causar efectos secundarios afectaran a las células sanas. Sin embargo los efectos secundarios son menores y las células sanas no reciben muchos daños, debido a que estas se dividen mucho menos que las cancerígenas.
La inhibición del la shelterina TRF1 se hizo genéticamente, mediante ratones modificados genéticamente a los cuales se les ha inhibido el gen productor de la proteína deseada, y mediante compuestos químicos que atacasen a dicha proteína, los cuales podrían servir en la fabricación de un futuro fármaco aplicable en humanos. Esta inhibición se hizo en ratones con cáncer pero también en otros sin cáncer, para así poder observar, además de sus efectos sobre el cáncer, sus efectos nocivos sobre las células sanas. Se eligió usar ratones con cáncer de pulmón debido a que este cáncer es el que causa más muertes humanas.
El experimento ha sido realizado, se han visto sus eficaces efectos contra las células tumorales y su efecto poco nocivo contra las células sanas, ahora necesitan encontrar un fármaco que sea aplicable en humanos.
Espero que os haya gustado y... ¡nos vemos en el siguiente post!
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