Muy buenas. Volvemos con una nueva imagen sabatina. Durante las próximas imágenes sabatinas vamos a comentar una interesante infografía creada por mphonline.org que nos habla sobre virus, sobre los virus más mortales.
Empecemos con el VIH:
El Virus de la inmunodeficiencia humana pertenece a la familia Retroviridae y al género Lentivirus, género compuesto por virus con período de incubación muy largo. El VIH es el agente causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida.
El VIH fue descubierto en 1983, por los virólogos franceses Luc Montagner y Françoise Barré-Sinoussi, ganadores del Premio Nobel de medicina en 2008 por dicho descubrimiento. Cabe también destacar el trabajo del virólogo estadounidense Robert Gallo, que colaboró en la identificación del virus descubierto como causante del sida.
Un virión de VIH |
El virión (una partícula vírica infecciosa y completa, se la denomina así pues no puede ser considerada una célula) es esférico y tiene un diámetro de entre 80 y 100 nm. La membrana está formada por una bicapa lipídica (compuesta por lípidos) con glicoproteínas incrustadas. Estas glicoproteínas mutan fácilmente, lo que dificulta que el virus sea reconocido por los glóbulos blancos.
¿Cómo funciona el VIH? El VIH ataca a los linfocitos T CD4. Cuando el VIH llega al torrente sanguíneo, mediante las glicoproteínas de su membrana, se engancha a los receptores de membrana de los linfocitos T CD4. Una vez fijado en el receptor, el virus suelta su ARN dentro del citoplasma del linfocito. Allí, el ARN se convierte en ADN, mediante la acción de la enzima Transcriptasa inversa, también liberada por el virus.
Una vez que el ARN vírico se ha convertido en ADN; mediante otra enzima, la integrasa, se adentra en el núcleo de la célula infectada y se introduce dentro del ADN de la célula. Cuando el ADN del VIH se ha integrado en el ADN del linfocito, el linfocito comienza a generar proteínas víricas, estas proteínas generarán nuevos virus, que infectarán más linfocitos. La generación de virus dentro de la célula acaba matando al linfocito. Este proceso puede generar hasta 10 millones de viriones cada día.
Los linfocitos T CD4 tienen el papel de establecer y maximizar la capacidad defensiva del sistema inmunitario, se encargan de activar y dirigir al resto de linfocitos. La destrucción de estos linfocitos debilita el sistema inmunitario.
El VIH provoca sida cuando el número de linfocitos T CD4 no supera las 200 células por milímetro cúbico de sangre. Este debilitamiento hace que el cuerpo no pueda defenderse contra infecciones oportunistas, ante las que podría haber hecho frente antes. Una persona puede permanecer infectada por el VIH entre 8 y 10 años sin presentar ningún síntoma. Cuando aparecen los síntomas es cuando se dice que el paciente padece sida.
El sida no tiene cura, pero hay diversos tratamientos. Existen medicamentos como el Daraprim, que ayudan a combatir las enfermedades oportunistas. También están los antirretrovirales, que ralentizan la multiplicación del virus.
En 2008 había 33 millones de personas con VIH/sida. Esperemos que con la investigación consigamos erradicar tan nefasta enfermedad.
Eso es todo. ¡Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post!
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