Cuando pensamos en los
alimentos transgénicos, tendemos a pensar en alimentos "malos", alimentos que
se modifican y que son perjudiciales consumirlos ¿cuál es el fundamento de estas afirmaciones?
Las plantaciones transgénicas salen más
rentables que las plantaciones convencionales, pues son más
resistentes a las sequías, heladas, plagas.... Y además,
no necesitan tantos pesticidas, algo que el medio ambiente agradece.
Además, los alimentos transgénicos se pueden modificar para que tengan
cualidades superiores a su variedad natural, aunque este tipo de modificaciones son más polémicas.
Vale, los transgénicos son increíbles, pero ¿tienen algún riesgo? Algunos científicos sostienen que sí, que su consumo podría causar
reacciones alérgicas e incluso la aparición
sustancias tóxicas o cancerígenos.
También existe la posibilidad que estos transgénicos traspasen parte de su ADN mediante la reproducción a la vegetación cercana, fenómeno conocido como
Contaminación Genética.
Hay rumores de que hasta se podrían producir
interferencias con nuestros propios genes.
Dios mío, dios mío ¡que malos son los transgénicos!, podría pensar más de uno, pero no; usemos la lógica: estos transgenicos pasan por
muchas pruebas y experimentos, en caso de que hubiera algún problema se retirarían instantáneamente.
En cuanto a la contaminación genética, esta se lleva haciendo desde el
Neolítico (por ejemplo el trigo del pan, que es la mezcla de
6 variedades de trigo diferentes) y nunca nos hemos preocupado, además, esta contaminación solo se produce entre plantas de la
misma especie o del mismo género.
En definitiva, los transgénicos ofrecen
muchas ventajas con un riesgo casi nulo.
¡¡Gracias por tu tiempo y nos vemos en el siguiente post!!